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FRUTAS Y VERDURAS ECOLÓGICAS

La producción de los cultivos ecológicos nace desde la propia semilla, la cual ha de ser producida de forma ecológica, es decir, que la planta que produce esa semilla también sea una planta ecológica.

Las variedades son seleccionadas después de numerosos ensayos, buscando su mejor adaptación al sistema de cultivo ecológico.

Las semillas seleccionadas se siembran en semilleros con certificación ecológica, de forma que la planta en su primer desarrollo también se realiza con técnicas de cultivo cumpliendo la normativa comunitaria y con los productos que ésta autoriza.

Cuando la planta está en un estado de desarrollo adecuado se traslada al campo para ser plantada.

Los productos autorizados en producción ecológica son aquellos que han sido producidos de forma natural, exentos de cualquier proceso químico. Básicamente se utiliza como fertilización el estiércol (el cual no puede ser procedente de ganaderías intensivas) así como extractos de algas marinas, plantas, materias orgánicas líquidas y minerales procedentes de roca triturada sin pasar por procesos químicos.

Para la protección contra plagas y enfermedades se utilizan productos naturales procedentes principalmente de plantas como: Piretrinas naturales (crisantemo), Rotenona (planta derris elíptica), aceite de árbol de Neem, bacillus thuringiensis, jabón, azufre, cobre, extracto de ajo, maceración de ortiga.

El cultivo se realiza más lentamente que los cultivos convencionales, con menor aportación de agua, obteniendo unos cultivos con mayor contenido de minerales y menos agua, intensificando así su sabor.

En cuanto a las labores de cultivo, son realizadas respetando la estructura del suelo y conservando así sus características originales. Las malas hierbas se quitan a mano y con aperos mecánicos, ya que no se pueden utilizar herbicidas químicos.

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